
Otra vez por la mínima pero España entra en la historia.
España jugó su mejor partido en todo el Mundial. No por la cantidad de goles que anotaron, que siguen siendo muy escasos, sino porque se vio cómoda con el toque.
La “furia roja” renunció al toque exagerado y decidió probar suerte desde media distancia. Especialmente en la segunda mitad. Iniesta fue el cerebro, Xavi el ingeniero, aunque fue Puyol quien la gestó.
Sin lujos, ni quince toques previos con el balón, el “tiburón” Puyol la hizo simple pero perfecta. Un tiro de esquina que recibió de cabeza para mandarla a besar la red de Neuer que a pesar de la estirada, no logró evitar la única caída de su portería.
El gol le sirvió a Alemania para hacer lo que no hizo antes, lanzarse al ataque. España esperó atrás y cerca estuvo de bajar el telón del partido antes de que acabara, pero a Pedro le quedó grande la presión de jugar su primer Mundial.
Iker Casillas reaccionó perfecto cuando fue exigido y el tiempo llegó a su final.
Con España y Holanda disputando la final, en Sudáfrica habrá un nuevo campeón del mundo. Un país que podrá colocar por primera vez su nombre en la historia del fútbol.
Alemania intentará desahogar su frustración en el partido por el tercer lugar ante Uruguay este próximo sábado 10 de julio .
La “furia” por su parte se enfrentará en la final ante la “naranja mecánica”, un día después.
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